Materias primas fundamentales de la panadería y repostería
La harina de trigo es la base principal de casi todos los panes. Gracias a su contenido de gluten, permite formar una masa elástica capaz de retener el gas producido por la fermentación, lo que le da volumen y estructura al pan. El agua hidrata la harina y activa sus componentes. También regula la temperatura de la masa y ayuda a formar la textura adecuada del pan o pastel. La levadura es un microorganismo que fermenta los azúcares presentes en la masa. Produce gases que inflan la masa y dan suavidad y sabor al pan. La sal no solo da sabor, también fortalece la red de gluten, controla la fermentación y mejora el color del pan durante el horneado. El azúcar alimenta a la levadura, aporta dulzor, color dorado y ayuda a retener humedad, por lo que el producto final se conserva mejor. La grasa, como la mantequilla o margarina, suaviza la miga, mejora el sabor y ayuda a que el pan o pastel se conserve por más tiempo sin secarse. La leche aporta un sabor más suave, mejora el color de la corteza, y da una textura más tierna a la miga. El huevo le da color y brillo a la masa, ayuda a que el pan o pastel tenga más volumen y mejora la textura final. La fécula o almidón se usa en algunas masas para mejorar la consistencia, darle ligereza o absorber humedad. También es útil en repostería como estabilizante. Por último, los ingredientes complementarios como semillas, frutas secas, nueces, chocolate, especias o mermeladas no solo enriquecen el sabor, también aportan valor nutricional, variedad y presentación atractiva
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